El gusanito Gusito
era un gusano muy especial. No era ni demasiado grande… ni demasiado pequeño…
tampoco su color era nada fuera de lo común.
¿Quieres saber qué es
lo que tenía este gusanito de especial?
Lo que tenía de
especial era su casa, una grande y estupenda manzana roja.
El gusanito Gusito
estaba muy contento en su manzana porque cuando tenía calor, solo tenía que dar
un par de mordisquitos y meterse dentro de su manzana, donde la carne fresquita
le refrescaba… y si por el contrario tenía frío, solo tenía que comer un poco
más y hacer un camino hasta el corazón de la manzana y allí se sentía muy
calentito. Y lo mejor de todo… si tenía hambre… ¡sólo tenía que darle un buen
mordisco!
Pasaron los días y el
gusanito Gusito era muy feliz… pero un día su manzana se pudrió.
El pobre Gusito
estaba muy triste… pero ya no podía vivir en su manzana, así que se fue a
buscar un nuevo hogar. Se arrastró y arrastró en busca de otra manzana… aunque
fuera una manzana de color verde, no le importaba. Pasaron varios días y el
pobre Gusito no encontraba ninguna manzana y estaba muy débil… tanto tanto, que
se quedó tumbado, quieto, porque no tenía fuerzas ni para arrastrarse.
De repente, estando
ahí, tan mal, el gusanito Gusito notó como algo lo levantaba del suelo y lo
elevaba en el aire. Gusito abrió un ojo y pudo ver que se trataba de un pájaro
de color amarillo. El gusanito Gusito pensó que era el fin, ya que los pájaros
comen gusanos. Mas cual fue su sorpresa cuando notó como el pájaro lo dejaba
sobre una superficie fresquita… como una mesa. Entonces se atrevió a abrir los dos
ojos, para ver donde se encontraba, y aquel pajarito habló.
- Buenos días
gusanito, no tengas miedo. Soy el canario Cano y te voy a ayudar. – dijo el
pájaro.
- Bu, buenos días…
¿dónde estoy? ¿me vas a comer, canario Cano? – dijo Gusito preocupado
- Noo, no te
preocupes – dijo el pájaro – Te he traído a la casa de la abuelita, ella es muy
buena y te cuidará. No tengas miedo amiguito… no voy a comerte.
En ese momento, la
abuelita entró por la puerta. Gusito pudo ver que estaba en la cocina de una
casa. El canario Cano se metió dentro de una jaula y cantó un poquito.
La abuelita dijo que
estaba muy contenta con ese gusano que había traído Cano, porque se trataba de
un gusano muy especial. Hablaba con una niña, su nietecita, Carmen.
La abuelita y Carmen
prepararon una cajita de cartón, de zapatos. Le hicieron unos agujeros en la
tapa y le metieron dentro unas cuantas hojas de morera. Después, colocaron
dentro al gusanito Gusito y lo dejaron para que se recuperara.
La abuela le dijo a
Carmen que si esperaba unos cuantos días, el gusanito Gusito le daría una
sorpresa muy especial.
Pasaron varios días y
Carmen, que era muy curiosa, quiso levantar la tapa de la caja, y vió como el
gusanito Gusito había tejido una especie de capullo que le estaba envolviendo.
Pasaron unos cuantos días mas y el gusanito Gusito había cubierto todo su
cuerpo con aquella telilla…
Solo faltan unos días
más, había dicho la abuelita, ten paciencia Carmen, ya falta poco.
Pasaron unos pocos
días… y la abuelita por fin abrió la caja. Carmen vió que el capullo donde se
había envuelto el gusanito Gusito estaba roto. Al principio se asustó, pero
pronto pudo ver lo que había ocurrido. El gusanito Gusito se había convertido
en una preciosa mariposa, y ahora estaba listo para salir volando.
La abuelita le
explicó a Carmen que el gusanito Gusito era un gusano muy especial porque era
un gusano de seda, y que esos gusanos llegado el momento se envuelven en un
capullo de hilo muy finito para dejar que se formen sus alas y convertirse en
una mariposa.
El gusanito Gusito se
sentía muy especial, porque había dejado de ser un gusano normal para pasar a
ser una bella mariposa. Ahora podría oler las flores y descubrir mundo y
muy contento echó a volar y se acercó hasta la jaula del canario Cano.
Juntos, el canario
Cano y la mariposa Gusito volaron por los alrededores y conocieron el mundo.
Vivieron muchas aventuras… que quizá os cuente algún día.
Pero ahora… es el
momento de decir… colorín colorado… este cuento se ha acabado.
ohhh que lindo cuento...me gustó mucho , Un abrazo!
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